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Mostrando entradas de febrero, 2009

Tildando días

Hay unos versos rondando el calendario; ellos magnifican este verano asfixiante, calientan mi lengua de palabras, brotan, fluyen y se aferran a esta hoja blanca. Ocupan espacios, expresan sentidos, los cinco elixires que alteran mis latidos; en ellos te encuentro, por ellos te escribo, reflejo, acaparo, resumo en mi los tuyos. Sorteo barreras, alcanzo lejanos infinitos, me interno en tus venas, bebo desvaríos; ochenta millas tiene el camino recorrido, treinta y tantos almanaques, mi destino. Doce meses, cada uno el mismo delirio, todos con tu nombre Octubre el preferido; tantas estaciones contigo las imagino, detengo mis viajes, en tus cinco sentidos. Hay unos versos rondando el calendario, marcarán los tiempos que me falten a ti, de uno en uno, con cruces tildando días, cinco elixires, cinco estrofas de poesía.

Y fueron ellos

Dos rumbos diferentes, uno al norte otro al sur; dos fracasos, una ilusión; recuperar el amor, el que descuidado murió en soledad y dolor. Ella; corazón dulce como fresa en primavera, una flor engalanada de aromas y colores, cántaro de agua cristalina en noche serena. Entregó su amor sin medida, dejó de ser ella, se volvió parte de sus partes, aire de su aire, fue su aliento y su ternura; pero él no era. Él; sueño esperanzado, el amor amortajado, deseo consumido por la angustia de la espera, los sueños adormecidos, soledades sin treguas. Absorbido por la bruma su deseo se diluía, ella una absurda y tonta quimera, no existía; oscuridad fue siempre su noche, ella no era. Dos caminos diferentes, uno del norte uno del sur, se encontraron frente a frente, sus ojos se leyeron, se absorbieron, reconocieron sus manos; eran ellos.

Esclavo y amo

Masticando ensueños entre las rosas perdidas elevas carruseles sobre tus pétalos de vida, me paseas por paisajes de fantasías y sueños; como tú nadie me da el amor, por eso te quiero. Giras, ruedas, murmuras piruetas, gráciles figuras, atraviesas mis túneles, te subes a mi tren fantasma, espantas con sonrisas esqueletos de recuerdos; como tú nadie me da el amor, por eso te quiero. Y me dejo llevar, sucumbo al táctil roce de un beso, enredo mis dedos como cerrojo entre tus dedos para no soltarme, para no dejarte huir por otro cielo; como tú nadie me da el amor, por eso te quiero. Me atengo a tus anhelos, rindo pleitesía, me entrego sumiso y altivo al delirio que sugieren tus deseos, me vuelves esclavo y amo cuando estoy dentro; como tú nadie me da el amor, por eso te quiero.

Pacto de bocas

Quisiera contigo un pacto de bocas, para que no pronuncien palabras que distraigan el tiempo de besos ni a las lenguas en nuestros sexos. Las manos hablarán por ellas, expresarán los sentimientos, pintarán maravillosos versos en las telas de nuestros cuerpos. No deberán pronunciar te quiero ni murmurar amores satisfechos, serán copas de labios que unan las savias de nuestros cuerpos. Aspiradora en tus pezones erectos, la funda de mi sexo en cautiverio; las fuentes de zumos que lubriquen tu concavidad y su complemento. Nada de palabras, sólo labios y besos, la exacta dimensión de lo tangible, las sublimes palabras de los cuerpos, el amor se sobrentiende: no hay secretos.

Volutas de tu perfume

Un rostro más, cientos de cabezas te acompañan y mis deseos que preguntan ¿Será ella la que espero? quien moviliza mis sueños en el fragor del silencio, la que incita la esperanza cuando llega la mañana. Y mis ojos te esperan como vigía impaciente que atravieses mis pasos para mirarte de frente, auscultarme en tu mirada, sentir que ella eres, que detengas tus latidos, con tu sonrisa asientes. Soy la que ansía tu espera, quien en tu lengua meces cuando susurras un deseo, la intención de un beso; la mujer que espías por ese agujero negro que en tu corazón agrandas al llegar el ocaso. Pero sigues de largo, no te detienes, no lo eres; al menos rocé tu aire absorbiendo tu perfume y en volutas etéreas te esfumas con mis deseos; vuelvo mis ojos a la gente y sigo buscándote.

Palabras sin sentidos

Noventa y nueve silencios y una palabra; volver de la nada a encontrarme con ella, se hace difícil trepar la cuesta, hilvanar el tiempo con la palabra puesta. Nada que decir para afuera, todo que callar para adentro; el verbo manifiesta la tendencia: callar, guardar silencios. Respirar sin aire, ahogar los ruidos. la ruptura sería finales de siglos; de palabras que no se dicen, todas ellas sin sentidos. Nada para decir, la nada de los delirios, los que vociferan silencios aturdiendo por dentro los oídos. Alguien como yo entenderá lo que digo; nada que decir, nada es preciso, noventa y nueve palabras sobran, solo una tiene sentido: NADA.

Tantas veces como puedes

Te tiendes sobre tu espalda, brazos abiertos sobre la alfombra; la boca de tu sexo hambrienta me incita lujuriosa a besarla. Retuercen tu cuerpo los espasmos, tu vientre contorneas suavemente por el contacto sutil de mis labios, en una danza de besos clitorianos. Excitas mi lascivia con tus ganas y mezclas mi saliva con tu savia que resbala suavemente por los labios hasta el vértice inferior de tu fisura. Te vienes en orgasmos reprimidos por ausencia del amor en tantos años, te relajas en delirios y renaces de tu fuego tantas veces como quieres. Seré tu primera vez mujer; aún no conoces el delirio.

Prefacio

Escritora de mis días, pluma de mis palabras, inspiradora de versos, formadora de poesía; llegas cuando se marcha el verano de mi vida, enalteces mi esperanza en la calidez dormida. Y te vuelves con tu pluma artesana de poesías, me tatúas en el alma las palabras soberanas, que faltaban a mi sueños oxidados por los años: te quiero amor, con toda el alma.

Octubre; ¿te acuerdas?

Octubre amor, embeleza los recuerdos, la complicidad disimulada alborotada y el amor clandestino y el deseo. Octubre amor, ¿te acuerdas? el palo borracho del encuentro y la almendra de tus ojos mi embelezo. Octubre siempre, el primer lecho, la vergüenza del engaño y las conciencias en acecho. Octubre amor, la entrega, el desenfado, el beso robado, las caricias… y el primer te quiero. Octubre, el tiempo también del desconcierto, de la duda masticada entre dos amores y el efímero tiempo del deseo. Y fueron más octubres, de adioses, de distancias y de reencuentros, de palabras susurradas que no olvidan la avaricia insatisfecha de los besos. Se detuvo el reloj intransigente, que marcaba el inexorable tiempo, del fugaz presente que fue corto y de los roces que liberaron besos.

Amar y soñar al mismo tiempo

Se cansan los sentidos de buscar, de permanecer en continua espera, de latir por una ingenua quimera, soñar y amar al mismo tiempo. Proseguir un camino que nos lleve a lo eterno; encontrar la razón que justifique el sueño que persigue el alma y sus desencuentros. Doblegar el sentimiento sin dejar de rebelarse, conquistar el horizonte de lo inexplicable, hacer presa de la sombra irreal y moldearla en traslúcido cristal. Ansiar ese amor que nunca llega y la angustia que el tiempo provoca; transeúnte sin misericordia, aplacador de deseos. Alejar la fábula del sopor intangible, de un delirio sin tacto, impalpable locura, desvaríos elevando la súplica, amar y soñar al mismo tiempo. Dueto con una gran poeta Elgatoescondido

Plantar banderas

¿Quieres quedarte ahora? Tuyo es mi nuevo tiempo, el sortilegio de andar errante debe acabarse; eres la claridad que envuelve esta deseo, puedes plantar bandera: aquí me quedo.

Préstame un sueño

Préstame un sueño, te pagaré con creces; un sueño que contenga lo que tú sueñes, la dulce contención que reblandezca, la esencia de mi amor entre tus mieles. Germinaré en él todas tus mieses, capullos de algodón serán tus flores, un manto de magnolias en tu vergel y en el marfil de tus senos un ciprés. En el vórtice de tus suspiros una vela, henchida de amores profesados; elevarán tus alas dos cometas hasta el recóndito cielo de tu calma. Un sueño te pido, antes que amanezca, antes que parta la ternura enmohecida, enredada en las fibras de los vientos susurrando esta urgencia que me lleva.

Anhelos

Cuando puedas te pasas por mis sueños, dejaré el balcón abierto de mi boca, cuelga de mis labios una sonrisa, en la oscuridad planta una rosa, de mis anhelos recoge el beso que guardo para ti mujer hermosa.

La última esperanza (de los sueños)

Amanecí lloviendo, detrás mis sueños; anegándose en la esclavitud de mi letargo, ansiosos, irreverentes, en estado de alerta, que abriera la compuerta a la visión al mundo. Fueron por más, enterrándose en el lodo, regurgitando espumas por los poros; la liviandad del alma manifiesta flotaba en los charcos como anuros. Y renacieron en los cuerpos malolientes que apretujados luchaban contra un muro, embistiendo torpemente sus conciencias en el intento de escapar de su futuro. Y los vi salir, desparramando miserias, lamentándose víctimas del descuido, viscerales espasmos contraídos esputaban el temor en sus gemidos. No eran miles, ni cien, tan solo uno; en sus pies las heridas no importaban, las manos con humildad suplicaban, y en la mirada su última esperanza.

Espacios vacíos

A veces me sorprendes: de pronto te vienes, te estrellas en mis ojos, te partes en besos, incineras mis manos entre tus antojos y asfixias mi aire con mieles de te quiero. Bailas en mi cuerpo, lo inflamas con tu fuego, arrullas en cadencias mi corporal deseo, refriegas tus aromas de piel sobre mi cuerpo, te vuelves contenedor de los zumos que dreno. Sólo a veces me sorprendes, muchas desapareces, te encierras en mutismo de piel, de voz, de todo; me mantienes al acecho, expectante, siempre rondando como fiera enjaulada en sus deseos. Entonces soy el que te busca e inerte te encuentro, indiferente a mis juegos, a mis caricias y besos, pierdes la mirada en tus espacios vacíos te enajenas del amor y te vuelves hielo.

Pies de plumas

Te acercas y me seduces con tu sonrisa, te deslizas por mis comisuras hasta el perfil de mi lengua, te quedas y bebes, hurgas y saltas de labio en labio, de beso en beso sobre el abismo de mi boca. Y te vuelves pura, transparente con tu sonrisa; te escapas en los ecos de tu risa, pisas mi cuerpo con tus pies de plumas, me abrazas, me inspiras y te escribo, reflejo tu ternura en estas líneas y te detengo por un instante: solo mía